Déjame que te cuente…
Por Sergio M. Trejo González.
Hace unos días, jueves,
viernes y sábado, de la tercera semana
de febrero, tuvo lugar, en la sala audiovisual del hotel Kinakú, un
diplomado intensivo, proyectado, programado y patrocinado en buena parte por el
H. Colegio de Abogados de Acayucan,
organismo que preside el entusiasta y eficiente licenciado Francisco Diz Herlindo, con taller de ensayos, parlamentos y
tareas, donde se dilucidaron algunas estrategias de lo que en el futuro tendrán
que enfrentar los abogados contemporáneos. En tal escenario los abogados escucharon y recibieron las ilustraciones valiosas del maestro
Jesús Benito Nares Pérez, con una
visión holística, práctica, formal y con
el sentido del humor necesario para que tal coloquio y las reflexiones sobre
los principios rectores del sistema acusatorio resultaran descifrables y cordiales.
El Maestro Nares Pérez, con toda la generosidad
y elocuencia disertó en un lenguaje sencillo, sin perder la seriedad del
conocimiento técnico – jurídico, lo referente a los datos, antecedentes, medio
de prueba, la Teoría del caso, Investigación inicial y Audiencia inicial. También
se desarrollaron los temas sobre Medidas cautelares, providencias precautorias,
medidas de protección, Investigación complementaria, Mecanismos alternativos de
solución de controversias, Etapa intermedia, Audiencia intermedia y Etapa de
juicio. En todos los renglones hubo notable participación espontánea de los
concurrentes, involucrándose los juristas de nuestra localidad, en singular
dinámica, destacando la intervención de los conocidos litigantes Luis Fernando
Moreno Gilbón, Alfredo Ortiz Carrión, Tomás Sánchez Quevedo, Nayeli Ángeles González,
Arturo Mayo, Karen Arellano, Zenteno, Hipólito Hernández, Linda Herrera,
Berenice Quevedo, Ángela Peralta, José Jiménez y otros postulantes, interesados
en tal actualización, sobre todo en las destrezas de litigación en juicio oral,
Ética y responsabilidad profesional donde
la verdad, que resultó de mucho interés participar en esos simulacros de
juicios orales contemplados en nuestro Sistema de Justicia; porque, hay que
señalarlo, a partir de la Reforma Constitucional y del Código Nacional de
Procedimientos Penales, los retos para todos los profesionales del derecho, son
de grandes dimensiones y requieren de esfuerzos interdisciplinarios.
Afrontarlos exige cambios de estructuras culturales y mentales a fin de replantear
nuestra visión del Derecho; del Derecho Penal y del Derecho Procesal Penal,
porque las sociedades se han vuelto altamente complejas y tienen necesidades
que ya no se ven satisfechas con el sistema anterior donde, hay que decirlo en
voz alta, permeaba una mancha de irregularidades, anomalías y corrupción; por
ello, es menester con el nuevo código tomar vías alternativas de solución de
conflictos, privilegiar la reparación del daño, abreviar procedimientos; lo
cual implica asomarse a perspectivas de índole no necesariamente jurídicas pero
si de mucho sentido común, erradicando los yerros cometidos en el pretérito
procedimiento, que provocaron aún más daño que las mismas conductas delictivas.
Hacia esos objetivos estuvieron
dirigidos los contenidos del Diplomado ofertado por Agustín de Hipona. Centro
de Estudios, S. C.; esto es, formar los perfiles de los operadores jurídicos
que requiere la implementación del nuevo sistema. Ahí, el Maestro Jesús Benito
Nares Pérez, con su experiencia basta y profunda proporcionó sus experiencias
positivas y negativas en este nuevo formato de procuración e impartición de
justicia. Habló de los preceptos y de los conceptos, instituciones y
procedimientos con la facilidad autorizada por su estudio y su práctica.
Es menester señalar que la importancia
de la reforma constitucional en materia penal representa no sólo un parte-aguas
en los sistemas de procuración e impartición de justicia, sino un verdadero
cambio de paradigma que todos los actores que conforman un Estado democrático
de Derecho debemos asumir con responsabilidad y compromiso. Pues resulta sabido
que el sistema acusatorio en esencia es dialéctico, un modelo contrapuesto al
inquisitivo, que tiene su base en el principio de autoridad. El proceso será un
diálogo abierto entre los diversos actores que confrontarán por el predominio
de lo que consideran es la verdad procesal. Gracias a la reforma, la
trascendencia de la labor de los jueces tendrá una preeminencia sin precedentes
en México.
Ello implica un cambio total
en el aspecto cultural de los mexicanos, pues es un sistema donde impera la
buena fe, por lo que la familia y las instituciones que participan en la
educación y formación de las personas tendrán que tener presente la importancia
de la Ética, como rama de la Filosofía encargada del estudio de los principios
y valores con los que se debe contar para lograr una mejor calidad de vida y
una mejor sociedad.
Es claro que este nuevo
Sistema, no es perfecto y que se tendrá que adaptar al caso particular de cada
uno de los Estados de la República. Buscando que sea perfectible mediante su
análisis, considerando las opiniones, experiencias y todo lo referente a su
situación para la consolidación de este sistema penal en México.
Gracias al H. Colegio de
Abogados, tal actualización, ha logrado tomar tierra en nuestra ciudad en un
diplomado que constituye la gran oportunidad para mejorar el ejercicio de la
procuración y de la impartición de
justicia penal en nuestro espacio, para que se cumpla con el objetivo de esas
nuevas maneras de esclarecer los hechos,
proteger a los inocentes, procurar que los culpables no queden impunes y que se
reparen los daños causados por el delito.
El cambio formal ya salió,
ahora debemos contribuir para sobre la marcha se corrijan los errores, puliendo el sistema Penal Acusatorio-Adversarial y
Oral en nuestro país. Ya que de lo contrario ni este sistema ni ningún otro
podrá funcionar si no tenemos el tan anhelado y ya mencionado cambio cultural
que resulta necesario, atendiendo nuestras necesidades y nuestra realidad.