*** De los tres sujetos, uno
se cubría el rostro con las mangas de su misma sudadera; era el conductor***
Portaban armas cortas.
Fuente: Diario Presencia
Sábado, 29 de agosto de 2015
10:21
Rosa Elena Escobar López, el día que fue
levantada, llegaba a casa a bordo de su vehículo Tiida, color blanco, a su lado
viajaba una de sus hijas y atrás su cuñada, al estacionar la unidad,
aparecieron dos sujetos, uno de cada lado y las encañonaron; ella, volteándolos
a ver, les pidió que le permitieran bajar a su familia del vehículo.
Los ejecutores dijeron ser
de la PGR (Procuraduría General de la República), pero no mostraron
identificación oficial; uno más esperaba en la camioneta color verde oscuro,
tipo Explorer, según lo asentado en la investigación judicial abierta tras los
hechos acontecidos.
Permitan que baje mi
familia, suplicó la hoy extinta, con semblante aparentemente tranquila, lo
hicieron, y en ese momento le abrieron la puerta a ella y la bajaron al tiempo
que le colocaban las esposas, por lo que su cuñada, esposa de un hermano de
Rosa Elena, exigió a los supuestos policías que le mostraran la orden de aprehensión,
pero no hubo respuesta.
A Rosa Elena la condujeron a
la camioneta cuyo motor siempre permaneció encendido; el conductor con aspecto
nervioso espejeaba para ver si no llegaba la verdadera policía, una vez arriba,
el chofer sumió acelerador a fondo para salir a toda velocidad de la colonia
Campo Nuevo.
A los pocos minutos llegaron
elementos de la Policía Municipal, ya que vecinos del lugar reportaron los
hechos al ser testigos de la violenta acción, aunado a que en ningún momento
estuvieron convencidos que se tratara de elementos de la PGR.
Irónicamente, ahora que se
realizan las investigaciones por el crimen de Escobar López de 47 años de edad,
ningún vecino ha querido declarar, todos dicen no haber visto ni escuchado
nada; hay miedo y prefieren callar ante los cuestionamientos de agentes
judiciales enfocados a las indagatorias.
De acuerdo con información a
la que diario Presencia tuvo acceso, en un principio su familia pensó que
realmente sí se trataba de elementos de la PGR, pues Rosa Elena Escobar
anteriormente había tenido algunas diferencias con personal de la Comisión
Federal de Electricidad, quienes en más de dos ocasiones llegaron a su
domicilio a realizarle algunas notificaciones relacionadas al consumo y la
reconexión del servicio.
Sin embargo, la delegación
de la PGR de Coatzacoalcos descartó al siguiente día tener en su poder a dicha
persona o tener alguna investigación abierta contra ella, por lo que sus
familiares presentaron la denuncia de manera formal contra quien resultara responsable
por el delito de privación ilegal de la libertad.
Como ya se informó
oportunamente, el desenlace fue fatal; Rosa Elena apareció ejecutada y con
manos amordazadas con cita canela en un camino de terracería del ejido
Francisco Villa, perteneciente al municipio de Minatitlán, a escasos cuatro
kilómetros de la congregación El Cerro de Nanchital, convirtiéndose en la sexta
mujer asesinada de forma violenta durante lo que va de 2015.
La agencia del Ministerio
Público Especializada en Delitos contra la Libertad, Seguridad Sexual y contra
la Familia a cargo de la fiscal Mercedes Robles Antonio, es quien se encuentra
a cargo de las investigaciones, pero ante la ausencia de su titular, quien está
incapacitada por cuestiones de salud, se tornan lentos los avances y guardan
total hermetismo con respecto al caso. Las únicas declaraciones que hay hasta
el momento son las de sus familiares.
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