jueves, 24 de abril de 2014

Migrantes centroamericanos llegan a Los Pinos para exigir a EPN libre tránsito por México y evitar a “La Bestia”



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Ciudad de México, 24 de abril (SinEmbargo).– Ramiro Guardado Cruz, un hombre de complexión muy delgada, de extremidades huesudas y de un bigote ralo, no paró desde Villarhermosa, Tabasco, hasta el Distrito Federal, de cargar una cruz de madera de unos 10 kilos de peso. Originario de Honduras migró a México desde hace 20 días para tratar de cruzar la frontera con Estados Unidos.
Hace una semana se unió al Viacrucis Migrante que año con año organiza el albergue La 72, a cargo de Fray Tomás González y que ayer recorrió Avenida Paseo de la Reforma para llegar hasta Los Pinos.
“En esto tiene que tener paciencia uno. Hay ratos que me canso, pero yo me siento bien.
Es algo que significa que buscamos algo mejor, somos migrantes, no somos criminales, porque si uno se viene en La Bestia, si no nos mata el tren, nos matan los delincuentes”, dijo. Ramiro dejó en Honduras 11 hermanos, dos hijos y su esposa. Salió de su país para trabajar en Estados Unidos y regresar a Honduras con dinero para poder costearles los estudios a sus hijos. En Honduras trabaja en la siembra de maíz, frijol, café y gana 100 lempiras al día. Cantidad que apenas le alcanza para mal come, porque un kilo de carne cuesta 100 lempiras, una jornada de su trabajo, mientras que un kilo de tortillas se cotiza en 20 lempiras y un refresco en 50 lempiras
. En su país, Ramiro dejó una casa de adobe, donde viven sus hijos y su esposa, pero hace unos días pensó que no volvería a verlos, pues en su paso por México tuvo que escapar del Instituto Nacional de Migración (INM) que es mucho más cruenta que la “migra” de Estados Unidos, y también del crimen organizado que vive al asecho de los indocumentados.
Por eso, Ramiro decidió cargar la cruz de madera, como una manda, como una ofrenda para recibir bendiciones celestiales que le acompañen en el resto del camino. Ayer, cansados por los ataques, violaciones, secuestros y asesinatos a bordo de “La Bestia”, alrededor de mil migrantes centroamericanos llevaron el Viacrucis Migrante a Los Pinos, encabezados por el padre Alejandro Solalinde y Fray Tomás.
AUDIENCIA CON PEÑA NIETO
Es la primera vez que un Viacrucis Migrante se detiene en el Distrito Federal para ir en busca de una audiencia con el Presidente Enrique Peña Nieto. También es la primera vez que en Veracruz se les prohibió subirse al tren, debido a que hay una demanda en contra de lo concesionarios, que interpuso Javier Duarte de Ochoa, Gobernador de ese estado. Duarte entonces les dejó pasar a pie y en autobuses y les prometió que en Veracruz el INM, uno de los más cruentos de la Ruta del Migrante, se abstendría de perseguirlos, dijo Alejandro Solalinde.
Solalinde, ataviado de ropa blanca, caminó junto con aquella muchedumbre de hombres, mujeres, adolescentes y niños, en su mayoría hondureños y se plantó frente a Los Pinos, donde la guardia presidencial informó que sólo podrían pasar ocho personas para entrevistarse con el Jefe de Oficina de Presidencia, Aurelio Nuño Mayer. “Por qué sólo ocho, a qué le tiene miedo el Presidente, aquí hay más que deben ser escuchados”, afirmó Solalinde.
Ingresó un representante por cada uno de los siete países centroamericanos que envía migrantes, entre ellos Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua y una monja que los acompañó durante el viacrucis.
Ni el padre Solalinde ni Fray Tomás quisieron ingresar a Los Pinos para intentar hablar con Peña Nieto. Solalinde lo resumió en que para él “la gota que derramó el vaso” fue el desdén que Peña Nieto le hizo a 15 migrantes mutilados que hace unas semanas llegaron al DF como punto final de una caravana que iniciaron desde Honduras, sólo para reunirse con Peña.
“Yo por eso no quiero hablar con él, porque fue a Honduras a tomarse la foto y vienen los mutilados por La Bestia y no los recibe, esa fue la gota que derramó el vaso. Ahora están aquí todos estos migrantes y ellos solicitarán hablar con él. Yo no quiero hacerlo”, expuso Solalinde.
El sacerdote lamentó la falta de sensibilidad del Presidente Enrique Peña Nieto, quien despreció una reunión con los hondureños mutilados que caminaron desde su país al Distrito Federal para entrevistarse con él. “El gobierno federal es el primer responsable de todo lo que les pasa en el camino al negarse a darles paso libre, queremos que nos den el libre tránsito”, expuso.
GRITO DE LIBERTAD
Entre las consignas de los migrantes destacó precisamente el grito de libertad. “¡Libertad!, ¡libertad al migrante al migrar!, ¡que desaparezca migración!”, corean mientras caminan y detenían a tocar las campañas que adornan el camellón de Paseo de la Reforma a la altura de Metro Auditorio. “¡Queremos ser libres!, ¡queremos ser libres!”, gritaba un hondureño mientras sonaban las campanadas.
Los migrantes iniciaron el viacrucis desde el martes pasado en El Naranjo, Guatemala. Dos días después se sumó el padre Solalinde, luego de que fuera asaltado el tren en Oaxaca y fueran asesinados cuatro migrantes. “Nosotros así pasamos Semana Santa en el albergue, llenos de migrantes mutilados, asaltados y con muertos. Es una situación que ya no puede continuar”, comentó.
Solalinde recordó que en Veracruz se les prohibió subir al tren y tuvieron que continuar por carretera el viacrucis. Entonces, dijo el padre, la historia cambió, pues los migrantes ya no quieren más tren, sino transitar libres por México. Ellos desean abordar un autobús como cualquier mexicano, sin la amenaza de la migra mexicana y el crimen organizado que los persiga.
“Es una lucha por todos, quiero decirle a los mexicanos que esta lucha por los derechos humanos es por todos, no solo por los migrantes”, agregó. El sacerdote llamó a los mexicanos a reflexionar sobre el drama migrante. “En 2007 me preguntaron que si qué pensaba yo sobre los asesinatos y asaltos a los migrantes en el tren y yo les dije que, si no se resolvían estos crímenes y el gobierno no hacía algo, seguiría la población mexicana y así fue: en 2008 los secuestros y desapariciones empezaron a incrementarse, en 2009 fueron el doble y así fue creciendo”, dijo.
Después de Los Pinos, el Viacrucis Migrante planeaba reunirse con el Jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera Espinosa, para solicitarte que les deje cruzar libremente por el Distrito Federal, sin ser perseguidos. “Que esta ciudad sea un ejemplo de que se pueden respetar los derechos de estas personas, que son personas como los mexicanos.
México debe ver como países hermanos a Centroamérica y ayudar a que se desarrollen esas regiones, donde la pobreza obliga a migrar a las personas”. La pobreza como la que vive Ramiro, a quien 100 lempiras, no le alcanzan para mantener a sus dos hijos y a su esposa.

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