martes, 14 de enero de 2014

Expediente 2014: Mauricio Audirac, el cómplice



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Por: Luis Velázquez/@BlogExpediente

Veracruz, México; 14 de enero, 2014.-- Según el diccionario, el nombre de Mauricio Audirac es sinónimo de opacidad. Mundo truculento. Aseo de la cañería. El químico contable. El que se alía con el diablo para ocultar entuertos y trastupijes. El padrinito que transforma con su magia administrativa los errores numéricos. Luzbel.
Y es que de acuerdo con algunos priistas, tal fue su legado histórico en el Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, en el fidelato, y por eso mismo su regreso a la pasarela priista de Veracruz como el segundo Contralor del sexenio próspero.
De ninguna otra manera puede interpretarse su gran regreso al plano oficial.
Y más, en horas difíciles y ríspidas para la administración pública, cuando vamos en el cuarto año de austeridad, con arcas vacías, con dinero que apenas va cayendo ya tiene destino, con proveedores irascibles desde el sexenio anterior, con cero obra pública estatal, y con un clamor popular creciendo, imparable, como tsunami, para mejorar su calidad de vida.
Peor tantito, con la percepción ciudadana de que la mayor parte del gabinete próspero llegó al poder con un solo objetivo: enriquecerse lo más pronto posible y mejor que los otros.      
Y en donde, por añadidura, la mayoría peca de indolencia, porque, simplemente, Veracruz, los problemas, los pendientes… se les resbalan, como también se les diluye el tiempo y el espacio, mientras en la pasarela mediática cacarean “su mundo color de rosa”, hecho a imagen y semejanza.
Así, nada más funcionable y operable que un experto contable como Audirac. Recuérdese, en sus años en el ORFIS, nunca, jamás, un secretario del gabinete estatal, un alcalde, un tesorero, un director de Obras Públicas, fue descubierto en pillerías, sometido al escrutinio público.
Por el contrario, en el imaginario colectivo domina la certeza de que bajo su tiempo hasta llegó a asociarse con uno que otro alcalde de municipio poderoso, primero, para auditar como su despacho contable externo las arcas, y segundo, para arreglar los ilícitos, de tal forma que hasta el llamado grupo “Zorro”, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (implacable con lupa para descubrir hoyos negros) sería ineficiente.

EL EXORCIZADOR DE LA CUENTA PÚBLICA

Audirac en el ORFIS. Marcelo Montiel Montiel es alcalde por vez primera de Coatzacoalcos. Entonces, se vuelve su auditor externo. Y su chamba está en sanear los trastupijes contables. En el siguiente proceso electoral, Montiel se vuelve diputado local. Y ambos dan un paso más en su relación amical. De amigos pasan a cómplices y aliados.
Audirac en el ORFIS. José Ramón, “El Peperra” Gutiérrez es alcalde jarocho. Y Audirac, de acuerdo con la fama pública, se vuelve su socio en la franquicia de un despacho contable. Así, es un tipo camaleónico. Uno, titular del ORFIS que audita a Peperra. Dos, auditor externo de Peperra. Tres, socio en el despacho, pues, como se sabe, para cierto tipo de hombres (y políticos) la complicidad es el estado superior de la amistad.
Audirac fuera del ORFIS. Alberto Silva es presidente municipal en Tuxpan. El diputado local, Germán Yescas, lo acusa, papelitos en mano, primero, del alcalde más gastalón de los 212 de Veracruz. Segundo, el alcalde más mediático. Tres, el alcalde más derrochador.
Entonces, la astróloga Elpidia mira en la bolita de cristal el futuro de “El cisne” en la secretaría de Desarrollo Social. Y tras la renuncia forzada, obligada, de Audirac en el Orfis, “El cisne” lo contrata como su químico contable. Le limpia la casa. Saca la basura y la cloaca. Ni siquiera la esconde debajo de la alfombra. Sanea, como manguera de bombero ante un incendio.
Audirac, por tanto, se vuelve un mal necesario. Si en política son importantes los operadores para el diálogo, la negociación y el acuerdo atrás y enfrente de las bambalinas, más, mucho más importante son los químicos contables.
Por alguna razón fue lanzado del paraíso sexenal. Luego, ni hablar, regresado al primer nivel. La Contraloría, aquella que audita, y al mismo tiempo, encubre y protege. Negocia. Se hace tonta. Limpia las manchas. Deja libre de pecado a todos. El exorcizador de la cuenta pública.

MAL NECESARIO, AUDIRAC NEGOCIA Y PACTA

Si Iván López fue despedido de la Contraloría por tener, digamos, despachos contables externos, también Audirac.
Si Iván López se fue, digamos, por “ordeñar la vaca”, por ejemplo, su fraccionamiento en “La pitaya”, municipio de Coatepec, también Audirac. Véanse sus propiedades en el puerto jarocho.
Si Iván López trafica influencias desde la Contraloría, cargo público clave para la transparencia y la rendición de cuentas, también Audirac en ORFIS.
Si Iván López soñaba con adueñarse de la Contraloría y del ORFIS pero como secretario de Finanzas y Planeación, de igual manera Audirac.
Si Iván López se habría bañado en tina para chapotear y salpicar, Audirac tiene doble doctorado en la materia.
¿Por qué, entonces, el regreso de Audirac a la política estatal!
Respuesta concreta y específica: más vale malo por conocido que bueno por conocer.
Y es que desde el fidelato, la elite política sabe que Audirac pacta, negocia, vuelve a negociar, y acuerda.
Y políticos con tal perfil son necesarios. Siempre están vigentes. Nunca pasan de moda. (Tomado de El Piñero).

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