lunes, 30 de abril de 2012

Rumbo a la diputación federal, Distrito XXI


Mi compromiso es

con los niños: Ponciano

Vázquez Parissi va por el futuro de los niños

Encuentra en su recorrido la mano franca de los menores




*** Mi compromiso es con los niños porque tenemos la responsabilidad de construir un mejor país, debemos atacar los males que aquejan a nuestra sociedad.

En el marco de los festejos del día del niño el abanderado del tricolor a la diputación federal por el distrito 21 de Cosoleacaque Ponciano Vázquez Parissi, declaró que sus propuestas van encausadas a mejorar el entrono donde vivimos y nos desarrollamos como sociedad así como dar soluciones reales y mejorar la formación de los niños, a lo que mencionó:
 "Mis propuestas claras como diputado federal que van en causadas a mejorar diversos factores sociales como salud, educación, productividad del campo, apoyos importantes para las madres solteras por mencionar algunos, tienen como objetivo acabar con las causas de los males que aquejan a nuestra sociedad como la falta de empleo, inseguridad y los malos servicios de salud; todos estos compromisos benefician directamente a los niños ya que son ellos quienes llevarán las riendas del país en un futuro”.
Dijo que trabajará fuertemente para lograr que mejore la calidad de vida de los niños del distrito pero en especial de las familias, ya que esta es la base de la sociedad y quienes brindan el sustento a los niños, con todas estas acciones Ponciano dejó claro que su primordial interés es trabajar por las familias del distrito 21 y que todas sus propuestas van encausadas para beneficio a la sociedad.

Columna: CLAROSCUROS



Por José Luis Ortega Vidal

(1)

Habrá sido en algún momento de 1994…
La escena transcurría en Acayucan.
Ricardo Gutiérrez Carlín había abierto un bar cantante en el que tocaba su banda: “Caktus”.
Una coincidencia memorable juntó aquella noche a Alberto Morales -el inolvidable “Beto Gato” - con Vico Gutiérrez -muchos años guitarrista de Beny Ibarra y acompañante de cantantes de la talla de Luis Miguel, entre otros-.
Beto y Vico tomaron la guitarra, la batería y se aventaron un “palomazo” de alto nivel.
(2)
Regina Martínez estuvo en Acayucan varias veces.
Trabajaba para el diario Política y don “Yayo” Gutiérrez la mandaba a hacer trabajos de investigación junto a “Beto Cat”.
Pasaban por El Diario del Sur, hacían sus trabajos allí y se refaccionaban viáticos, saludaban a la flota y se marchaban.
El Diario del Sur de ”Don Yayo” ayudó a formar a monstruos del periodismo veracruzano: como Pepe Valencia, Gustavo Cadena Mathey, Arturo Reyes Isidoro, Gustavo González Godina, a Chavita Muñoz y vio pasar a gente como Regina Martínez -una especie de “última de las mohicanas” en el periodismo jarocho-.
(3)

Regina marca un antes y un después y me molesta decir esto en medio de la tragedia que representa su muerte.
¡Coño!
Me habría fascinado decírselo frente a una cerveza y mirando su figura tan dialéctica.
Regina era chaparrita, muy delgada, de una fragilidad impresionante y en contraste era gigante, poderosísima, de un espíritu imponente.
Verla escribir frente a su cigarro, su grabadora, su libreta y sus dientes blancos y piel oscura, era como pararse frente a un original de Diego Rivera.
Te quedabas petrificado, cuando al día siguiente leías sus textos en La Jornada o en Política y luego en Proceso.
¡Ah qué mujer tan chingona!
Lo pensabas de inmediato.

(4)

Para mí, Regina representa una época que muere con ella: la de Luis Velázquez dando clases en la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana.
Aquella en que Ricardo Lira encabezó la huelga de la Faccytc, en reclamo de un plan de estudios de calidad para los futuros comunicólogos o periodistas …
La época de Angel Leodegario Gutiérrez Castellanos, Rubén Pabello, Juan Malpica Mimendi, Alfonso Valencia Ríos.
La mejor época del Semanario De Punto y Aparte…
Del “Sólo Para Intelectuales” de Carolina Cruz en Notiver…
De la fundación del Instituto Veracruzano de Cultura…
Del retorno de Ida Rodríguez Prampolini al puerto…
De Octavio Paz obteniendo el Premio Nobel de Literatura…
De Cuauhtémoc Cárdenas ganando las elecciones en 1988 y más tarde fundando el PRD…
De Gilberto Gutiérrez fundando el Grupo Mono Blanco e impulsando un movimiento de rescate del Son Jarocho que le da vuelta al mundo…
De Moscovita ensayando en la ex Facultad de Periodismo sobre la calle Arista esquina Zaragoza…
De Juan Vicente Melo acudiendo a las tertulias con Arturo García Niño, el poeta Nacho García y la intelectualidad porteña en el callejón de La Campana…
De Nino Gasteasoro y Rogelio Urrusti con otros cuates queriendo abrir La Jornada Veracruz…
Del maestro Teodoro Cano llenando de rostros totonacos los edificios públicos y disfrutando de su mágico Papantla…
De Heberto Castillo luchando por un México mejor y dando cátedras de ética política en su calidad de candidato al gobierno de Veracruz…
De Ivonne Gutiérrez entrevistando al Sub Marcos…
De Heraclio Zepeda, Carlos Monsiváis, Magú, visitando a los chavos estudiantes del Periodismo…
De Sergio Pito durante su retorno de Europa…
(5)

Recuerdo a Regina Martínez vestida con pantalón de mezclilla, chamarra idem, botas de minero y su mirada que todo lo cuestionaba…
Como siempre, como todas las épocas, aquélla tuvo sus sinsabores; sus contradicciones; sus claroscuros; sus represiones, sus luchas por el poder; sus guamazos; sus decepciones; sus desilusiones…
Fue una época en que no mataban periodistas…
Esto llegaría después, ya en fechas recientes…
Me ocurre –sin embargo- que la recuerdo como una época en la que era difícil luchar desde el poder político contra figuras tan imponentes del poder periodístico…
Había un poder tremebundo entre los periodistas y mucho de ese poder provenía del respeto que se habían ganado muchas de sus figuras.
Sin dinero, sin grupo político; sin otra defensa que no fuera su pluma libre y terca, Regina Martínez simboliza para mí aquella época y es una de sus protagonistas esenciales…
Regina es una de las últimas figuras que inspiraban respeto de parte de la clase política entre los periodistas veracruzanos…

(6)

A Regina Martínez le aprendí el significado profundo de la dignidad humana.
Le aprendí el valor incomparable de vivir y morir siendo lo que se ama y ella amaba ser Periodista.

(7)

Me preocupa que valores humanos como los que Regina representó hoy se están perdiendo y mucha de la valentía que se necesita para defenderlos se ha ido con ella.
Pienso que el crimen organizado le teme aun a los periodistas.
Creo que el crimen organizado sabe que su naturaleza proviene de la oscuridad.
Lo último que quiere un capo de alto nivel es aparecer ante la opinión pública.
De todo esto, deduzco que un periodista combativo como Regina Martínez debe cuidarse más del poder político que del crimen organizado.
Ambos son peligrosos, desde luego; pero nuestro trabajo incomoda más a los políticos que a los criminales…

(8)

Hoy en día, en lo particular me duele ver tanta tecnología y tantas herramientas de trabajo en manos de reporteros (as) cada vez más alejados de la humildad del oficio, como la representó Regina.
Alejados del celo por la exclusiva…como se vivió antaño.
Separados del riesgo de poner a cada cual en su lugar: ya sean políticos o criminales organizados y ejercer –entonces- la autocensura…
Es un suicidio ético callarse antes de que alguien llame para exigir silencio.

(9)

Dicen que la vida tiene sus ciclos.
No lo sé.
Mi oficio no es de historiador; apenas y cuento historias…
Lo cierto es que a Regina ya la extraño desde el sábado por la tarde cuando me enteré de su partida y me dieron ganas de llorar.
Ay Regina, cuánta falta nos hacías desde antes de irte; porque siempre fuiste un ejemplo que nadie se atrevía a seguir…
Y ahora nos dejas encuerados, además de solitarios…
No tengo palabras para despedirte.
Salúdanos a Enriqueta Ochoa, allá junto al oro pequeño de los trigos.

Nunca se doblegó: hermano de Regina




*** Ante medio centenar de personas, el 80 por ciento de ellos reporteros, sepultan a la excorresponsal de la revista Proceso en Veracruz; hermano de Regina agradece el apoyo de la prensa y el acompañamiento en estos momentos tan difíciles
*** Quienes la conocieron saben que nunca se doblegó ante nada”: hermano
*** Para ti Regina, verdad y justicia, reza una de las coronas que fueron puestas en su tumba
*** Coraje y frustración en sus discípulos, lágrimas de tristeza en sus amigas, consternación en el gremio periodístico

Por Noé Zavaleta

Veracruz, México., 30 de abril de 2012.-- Mientras un gallo no dejaba de cantar en los alrededores, Regina Martínez era sepultada tres metros bajo tierra; sobre su tumba una docena de coronas y flores. La voz crítica de Proceso en Veracruz ha sido callada, pero sobre una de sus coronas ha quedado la siguiente leyenda grabada: Para ti Regina, verdad y justicia.
Medio centenar de personas acudieron a la misa de cuerpo presenten en la funeraria Bosques del Recuerdo y posteriormente a su entierro en el cementerio del mismo nombre, un cortejo por demás triste y amargo.
“Quienes la conocieron saben que nunca se doblegó ante nada”, señaló el hermano de Regina, que en un breve mensaje agradeció el apoyo de reporteros y activistas sociales, pero pidió respetó para el dolor de la familia Martínez, por lo que solicitó de forma muy amable no tomar fotografías, ni buscarlo posteriormente para entrevistas, tampoco quiso proporcionar su nombre.
Ahí en la mesa llegó el circulo mediático: reporteros, fotógrafos, directores de medios, jefes de información, voceros y jefes de prensa, Regina Martínez era hasta el pasado sábado una de las vacas sagradas del periodismo veracruzano.
Además de ser la corresponsal en Veracruz del semanario Proceso, durante muchos años fue reportera de base del periódico Política y hace algún tiempo colaboradora del portal poblano e-consulta.
Mientras los empleados del cementerio echaban los kilos de tierra su féretro, el silencio era sepulcral en Bosques del Recuerdo, toda la prensa que asistió al entierro se encuentra indignada.
Sus amigas de la fuente en el Congreso local rociaron con agua bendita la lápida, sobre sus ojos escurrían diversas lágrimas. Una de ellas estalló en llanto cuando pidió el último aplauso para Regina.
Sus discípulos, un grupo de jóvenes que de cariño le decía “maestra” a Regina, tenían dibujado el coraje en el rostro, ojos vidriosos a punto del llanto y mirada extraviada, en sus palabras denotaban su indignación.
Uno de ellos, hoy corresponsal de CNN en Veracruz escribió en su Facebook: “En su último aliento, ella, la Regis, tuvo más valentía que los cobardes que la mataron en toda su miserable vida. Ese último aliento va a inspirar generaciones”.
Agregaría: “Gracias Chaparrita por ser un tótem de los que estábamos cerca, por hacer visibles a los oprimidos, por enfrentarte cara a cara con el animal burocrático asesino, ese que sólo cambia de rostro cada sexenio pero sigue siendo el mismo”.
Y como colofón una frase lapidaria: “Regina está viva, yo soy Regina, gracias maestra, Regina presente, Regina la que domina, regia Regina, siempre Regina...”
Ahí también asistieron las nuevas generaciones de periodistas y los pocos reporteros críticos que quedan en la entidad, quienes veían a Regina Martínez con admiración, con respeto, como un ejemplo y hasta con envidia. El caso de la excorresponsal de Proceso es el quinto en lo que va del actual sexenio en Veracruz y el octavo si sumamos la administración estatal anterior, todos ellos impunes, todos ellos sin resolverse, aunque en el discurso se “subraye” que se hará justicia y que no habrá cabida para la impunidad.
El asesinato de Regina Martínez, en su propio domicilio, en la privada de Rodríguez Clara, en sábado por la tarde y dejando la puerta abierta para que los vecinos avisaran lo más pronto posible a las autoridades, es el primero que ocurre en la capital del estado.
Sin embargo, el artero asesinato, mediante la asfixia, ha dado la vuelta al mundo entero, pues es la primera ocasión que se atenta contra la vida de un reportero del semanario más crítico que hay en el país.
Homicidio que el investigador de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera Rivera, resume así: “la muerte de Regina acusa obvias connotaciones políticas, sabemos que permanecen en la impunidad asesinatos y agresiones a periodistas, como los sucedidos en 2011, lo que demuestra la incapacidad o el desinterés del gobierno estatal para resolver crímenes de periodistas”.
En Bosques del Recuerdo, algunos medios locales como Multigráfica y el periódico vespertino, Seis en Punto, mandaron sus condolencias y arreglos florales, de la clase política.
Hoy Regina Martínez ya descansa en paz, al igual que Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Noel López Olguín, Yolanda Ordaz, Roberto Marcos, Raúl Gibb Guerrero y Alfonso Sánchez Guzmán, en el recuerdo del gremio periodístico quedará esa figura menudita, discreta, de sonrisa difícil y pocas palabras, de sonrisas y carcajadas sólo con sus amigos, se le recuerda en el Café La Parroquia, sentada en un rincón disfrutando un lechero, en el Palacio Legislativo entrevistando a diputados, caminando por el Paseo de los Lagos en el Barrio del Dique cuando la labor informativa había concluido.

Hipótesis sobre crimen de Regina Martínez



     
*** Mujer discreta, reservada y celosa de su vida
*** Impunes asesinatos de reporteros en Veracruz

Por Luis Velázquez

Veracruz, México., 30 de abril de 2012.-- Regina Martínez era una reportera crítica. Su camino periodístico lo avala. Corresponsal de La Jornada. Corresponsal, diez años, de Proceso.
Pero además, era una mujer discreta, reservada, tranquila, celosa de su vida privada, pendiente siempre de su propia seguridad personal.
¿Cómo, pues, comprender, entender, las razones de su asesinato?
Primera hipótesis: la ajusticiaron por su trabajo reporteril.
Segunda: si es cierto, como dice Gabriel García Márquez, que todos los seres humanos tenemos una vida pública, una vida privada y una vida clandestina, entonces, ahí quedaría, por lo pronto, el enigma.
Tercera hipótesis: se trata de un ajuste de viejas cuentas a partir, digamos, de su vida periodística en Veracruz, siempre basada en el periodismo apegado a los hechos para su publicación inevitable.
Cuarta hipótesis: alguien, un político, digamos, resentido y lastimado, operó el ardid.
Quinta: fácil, por ejemplo, para un cerrajero abrir la puerta de una casa, y rápido, sin dejar huella. Más aún si se considera que un ladrón de autos tarda dos minutos en abrir la unidad móvil.
Sexta: bajo sospecha si se considera que la ejecutaron a ella y robaron su laptop y dos celulares.
Séptima: terrible sería que la autoridad cerrara el caso diciendo, por ejemplo, que se trató de un asunto pasional.
Sería burdo.

II
En el segundo año de gobierno de Miguel de la Madrid, en el mes de mayo, fue asesinado por la espalda el columnista Manuel Buendía Téllez Girón.
El periódico Excélsior estaba dirigido, entonces, por Regino Díaz Arredondo, el amigo de don Julio Scherer García que lo traicionara para quedarse con el periódico.
Y en el Excélsior de Regino publicaron, días después del crimen, un poema escrito por Buendía, en portada, a 8 columnas.
Y en la nota se afirmaba que el columnista de ‘’Red Privada’’ había escrito el poema para un amante, homosexual.
Así, desde alguna zona oscura del gobierno federal se afirmaba que el asesinato de Buendía era pasional.
¡Qué poca eme!

III
Los amigos de Regina Martínez avalan su conducta pública y privada.
Impecable.
Sin escándalos de ninguna naturaleza.
Con una pluma y una libreta al servicio de las mejores causas de Veracruz.
Curioso, era reportera, y al mismo tiempo, una mujer introvertida. Confiaba en los amigos. Dudaba de las circunstancias. Y se cuidaba con pulcritud.
Ninguna liga mafiosa con un grupo político. Tampoco, menos, con algún secretario del gabinete. Menos, mucho menos, con los cárteles de la droga en un país donde los capos han filtrado a políticos, policías, empresarios y trabajadores de la información.
¿Cómo, entonces, de qué manera explicar con una alta dosis de convencimiento su crimen por asfixia?

IV
Meses después, ningún asesinato de reporteros ha sido esclarecido en Veracruz.
Caso Yolanda Ordaz, impune.
Caso Miguel Ángel López Velazco, Milo Vela, y de su esposa, y de su hijo Misael, fotógrafo, impune.
Caso Gabriel Manuel Fonseca Hernández, tundeteclas de Acayucan, impune.
Caso Noel López Olguín, reportero en Jáltipan, impune.
Disculpen, señores del poder, pero son los hechos.
Ningún indiciado, ningún detenido, no obstante que en el caso del triple asesinato de Milo Vela, su esposa e hijo, ofrecieron una recompensa de 3 millones de pesos para ubicar al presunto homicida, ‘’El ñaca-ñaca’’.

V
Veracruz ha sido declarado ‘’el estado ideal para soñar’’.
Okey.
Pero la ong Artículo 19 y Reporteros Sin Fronteras y la ONU han documentado que Veracruz se ha convertido en la entidad federativa del país más peligrosa para el periodismo.
Reporteros asesinados.
Reporteros desaparecidos.
Reporteros exiliados.
Reporteros bajo sospecha de ligas con la delincuencia organizada.
Reporteros que han abandonado el oficio periodístico, el más alucinante del planeta, la fascinante aventura de contar historias, las historias de todos los días.
Reporteros que por sí mismo han optado por la censura y la autocensura, temerosos quizá, sin duda, de su vida. Pero más aún, de la vida familiar.
Por eso resulta difícil creer a la actriz Edith González cuando en la revista ‘’Gatopardo’’ del mes de abril anuncia con su mirada y sonrisa ‘’mi viaje perfecto’’ a Veracruz.
Cada día que transcurra del sábado 28 de abril, 6 de la tarde, cuando el cadáver de Regina Martínez fue descubierto, sin esclarecer el homicidio hablará de la eficiencia de la Procuraduría de Justicia de Veracruz y de la Secretaría de Seguridad Pública y de la AVI.