martes, 6 de marzo de 2012

¡Las Barbies, de Xalapa!


Por: Noé Zavaleta Domingo

Después de una frenética noche y de hacer escándalo en el Bar Río, las Barbies de Xalapa caminan y hacen ejercicio con la alcaldesa Elizabeth Morales para expulsar las toxinas del whisky de la madrugada anterior

Elisa Flores, la nueva Barbie de presidencia, molesta gritaba a “Poncho”, el galán del grupo Mercurio: “¿por qué la abrazas a ella?, ¡Está horrorosa y gorda!…¿Qué no ves que yo estoy bien buena?”, reviraba de coraje

Las Barbies de Xalapa sí que saben rumbear. Traer la fiesta en alta, cumplir sus caprichos, sus fantasías, aunque para ello sea necesario obligar a un otrora grupo juvenil popero, “Mercurio”, a satisfacer sus caprichos.

En el Bar Río, ubicado en Emiliano Zapata, el municipio vecino, cuando las manecillas del reloj marcaba la una de la madrugada, las niñas del ayuntamiento, las cromos de cromos del palacio municipal de Xalapa, la tentación echa mujer, sucumbieron ante los metrosexuales, Poncho, Elías, Danny, Héctor y Rodrigo.

El show se lo llevaron ellas, la comidilla de la alta sociedad y de la función pública fueron Elisa Flores, Faridde Ruiz Haddad y otras Barbies de la secretaría particular y de la Oficialía de Partes del palacio bello, acompañadas y cuidadas por Ingrid Morales, empleada de Vicky Hernández, de Comunicación Social y quien por más que les pedía que se calmaran, que le bajaran a su clímax, pues había varios reporteros y quedarían sometidas al escarnio público, nunca las pudo aplacar.

Sentadas en primera fila, con un consumo de cinco mil pesos, cuatro mil de botellas de whisky, Buchanan’s 18, “el del sellito rojo”, agua mineral y energetizantes, más mil de propina, las Barbies de Xalapa tuvieron derecho de picaporte para estar en primera fila, pese a llegar casi a la media noche.

El concierto sólo fue un “Show Case”, un recital de diez canciones, en donde los ya treintones Mercurio cantaron sus éxitos, Enamoradísimo y Explota Corazón, rolas en las cuales en varias ocasiones tuvieron que lidiar con las Barbies xalapeñas quienes ya tenían una comunión profunda con el Dios Baco.

Los mismos integrantes del grupo Mercurio terminaron “hasta la madre de ellas”, pues Elisa y Faridde les arrebataron el micrófono, les acariciaban la entrepierna, “los torteaban”, les pellizcaban los glúteos.

E incluso los obligaban a tomarse fotos con ellas, “una y otra vez”, hasta que Elisa Flores, la nueva Barbie de presidencia, la nueva Shariffe Osman -aunque remasterizada- quedará satisfecha, es decir, en esta ocasión, los músicos y vocalistas de Mercurio fueron los fetiches sexuales.

“Esta foto no me gusta, va de nuevo Elías”, decía Elisa sin soltar su vaso jaibolero, mientras el whisky gorgoriteaba y hacía espuma con el agua mineral.

“Otra vez, no me gusta la foto”, replicaba Elisa Flores al músico, hasta la quinta ocasión, la Barbie Xalapeña quedó satisfecha.

“EBRIAS Y EXCITADAS”

De los reporteros masculinos que cubrieron el evento, uno de sociales señala: “te describiré a Elisa en dos palabras: ebria y excitada”.

Tomaron whisky como si fuera agua. Las botellas iban y venían, tenían trato VIP, se colgaban de las barras tubulares como Demi Moore en Striptease

En un rato de desesperación cuando “Poncho” uno de los vocalistas ya no aguantaba el acoso, agarró el micrófono y dirigiéndose al resto de la concurrencia, unas 750 personas, gritó: “de plano aquí las amigas ya todas están borrachas”, a lo cual Faridde y otra Barbie pusieron caras de indignadas y cesaron el acoso, mientras que Elisa ni se enteró o le valió, pues se volvió a recargar otra copa de whisky con 19 onzas, cuando las tradicionales son de once.

En la novena canción, alguien –se ignora quién- ordenó llevarse a Elisa, pues apenas si se podía sostener en pie, ya cuando la llevaban en vilo hacía la salida, ésta hizo su última gracia de la madrugada.

Enojadísima de que subieron a una mujer fea y gorda, a la que “Poncho” acaricio y se le restregó en el escenario, Elisa dio dos pasos al frente, apoyo un pie en la barra tubular, para enseñar un poco más de pierna, oculta en una micro falda negra y blusa beige y le gritó a todo pulmón:

“¿Por qué la abrazas a ella?, ¡está horrorosa y gorda!…¿Qué no ves que yo estoy bien buena?”, reviraba la Barbie, mientras retraía los ojos, se sacaba la lengua y se la paseaba en sus propios labios, “Poncho” sólo sonrió y continúo con su show.

EL SHOW DEBE CONTINUAR

Quienes vieron el espectáculo de Mercurio y las Barbies en el Bar Río la madrugada del sábado, juraron y perjuraron que las “muchachas” jamás se levantarían a las ocho de la mañana para caminar con la alcaldesa y los funcionarios del ayuntamiento, craso error: bañaditas, perfumadas, ataviadas en ropa deportiva y probablemente enjuagadas bucalmente con clorofila para evitar la destilación etílica, pero las Barbies corrieron, caminaron, bailaron zumba y trabajaron junto a la jefa de jefas.

Lentes negros para redimir el desvelo, pants negro ceñidito, ni crudas pierden el glamour, blusa blanca –de marca, claro está- y varias botellas de agua bonafont para reponer las sales y minerales perdidas.

A las ocho de la mañana y pasadas las diez duró la jornada saludable del Ayuntamiento de Xalapa, la cruda echa viacrucis, trabajar en sábado con resaca, ni modo, quedarle mal a la alcaldesa de Xalapa, significaría la expulsión del paraíso.

Ahí también sudando la “gota gorda”: Victoria Hernández, la antibarbie del Ayuntamiento, la jefa de prensa del palacio municipal, quien pide y suplica no ser fotografiada, ni ser caricaturizada como Barbie, “porque yo no soy Barbie”, aunque en los hechos exija ser tratada como tal. (Tomado de El Piñero de la Cuenca/ 6 de marzo del 2012)

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